miércoles, 31 de agosto de 2011

Irlanda crece económicamente a pesar de medidas de ajuste


Últimamente la prensa mundial hace eco del notable crecimiento económico de Irlanda, nación que algunos meses atrás parecía estar condenada a la suspensión de pagos. Con un crecimiento de 1.3% en el primer cuarto del año (0.5% esperado) ciertamente Irlanda ha sorprendido a propios y extraños, en especial a los economistas de tendencia keynesiana, que ven en las medidas de austeridad una receta perfecta para la depresión.

Ese crecimiento se ha dado principalmente por un boom de las exportaciones, que a su vez ha sido resultado de un aumento de la competitividad. Sin embargo dicho aumento no es consecuencia de la típica acción que se recomienda, devaluar la moneda, (cosa imposible por ser Irlanda parte de la Unión Europea) sino que se ha dado gracias a un importante ajuste interno, es decir una significativa reducción directa de precios y salarios.

Al respecto dice en este artículo de The Wall Street Journal:
En efecto, lo que Irlanda ha hecho es lo que las economías asiáticas hicieron para superar la crisis financiera de 1997, explica David Vines un profesor de economía de la Universidad de Oxford. Al igual que las economías asiáticas, Irlanda se ha hecho extremadamente competitiva, permitiendo que el comercio saque a su economía del problema. 
Pero a diferencia de estas, que devaluaron su moneda, Irlanda tuvo que hacerlo en la forma dificil. Dado que, como miembros del euro, los irlandeses no controlan su divisa, tuvieron que aceptar una depreciación más directa de sus estándares de vida.
Sin embargo es erróneo equiparar la devaluación al ajuste interno: Mientras que la devaluación reduce proporcionalmente todos los precios internos de la economía, y aumenta también proporcionalmente todos los precios externos, el ajuste interno reduce algunos de manera selectiva, mantiene otros y puede aumentar otros más. Y esto implica una gran diferencia en el efecto global sobre la economía. El ajuste interno acarrea que las empresas más eficientes sigan especializadas en aquella actividad que dominan, mientras que las ineficientes tengan que mejorar la calidad de sus productos o reducir costos para sobrevivir. Por otro lado la devaluación afecta a todas las empresas ayudando a aquellas que ofrecen productos al extranjero adquiriendo materia prima del interior, y perjudicando a aquellas que compran materia prima del exterior para su actividad económica. A la larga se beneficia al productor ineficiente, a costa del productor eficiente. Para saber más al respecto recomiendo este artículo del economista español Juan Ramon Rallo: Devaluación o ajuste interno: no es lo mismo.

Aunque la recuperación irlandesa podría verse afectada por una recaida global, las medidas que ha tomado ese país para enfrentar la crisis de deuda constituyen sin duda el camino a seguir.

Saludos

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